viernes, 3 de julio de 2009

El misterio de la Natividad se ha representado desde hace siglos por pequeñas figuras que forman el momento del nacimiento del Niño Jesús, al lado de la Virgen María y su esposo José. Según la tradición cristiana, el primero en realizar un pesebre fue San Francisco de Asís en el año de 1223, en las cuevas de Grieco (Italia), usando personajes y animales reales, para conmemorar la llegada al mundo del Niño Dios. Desde entonces la totalidad de los países católicos -entre ellos Venezuela- adoptaron el pesebre como uno de los símbolos navideños. Cada rincón venezolano le ha aportado una identidad cultural distinta y de alguna manera se conserva esta costumbre a la que se le han ido agregando otros elementos navideños provenientes de otras latitudes, como el arbolito y las guirnaldas, pero pareciera que hoy el espacio y el tiempo no son suficientes para mantener esta tradición.

Específicamente la familia carabobeña se ha alejado un poco de ese compartir al "poner el nacimiento", o de invitar a amigos y vecinos a recordar las estaciones de la vida de la Virgen María.

RECORDAR LA SENCILLEZ

Sin embargo, aún se consiguen personas como la señora Micaela Fontana de Gómez, quien junto a su esposo Aristóbulo y sus cuatro hijos lleva más de dos décadas haciendo el pesebre en su propio hogar luego de heredar por parte de sus suegros las figuras principales de este nacimiento que tienen 100 años en la familia Gómez Delgado.

Estas figuras salieron de Guanare, de la casa de La Pastora. Cuenta que al principio eran pocas figuras y era mucho más sencillo que ahora, "porque la vida del Niño Jesús era así, sencilla y humilde".

Admirar este nacimiento causa sensación de paz y nostalgia. Todos los años, la señora Micaela va comprando detalles para agregarle, casi todo el material es desechable, pero igual lo guarda año tras año, sobre todo el musgo porque es difícil conseguirse ahora. Asimismo, palitos de madera, una bombita de pecera para hacer un pequeño río, bolsas de papel arrugadas, coletas pintadas y un poquito de tierra traída de Jerusalén, reflejan un pesebre totalmente hogareño, con sus tradicionales cerritos y paticos en el lago que permanecen brillantes hasta el día de La Candelaria.

Para los Gómez Fontana, la función más importante es que la tradición del pesebre no debe perderse en la familia venezolana.

"La Navidad y el arbolito son hermosos, pero el pesebre siempre debe permanecer en lo hogares porque es como un agradecimiento de todo el nuevo año que viene, una conmemoración a la Virgen y al Niño Jesús".

"Estas tradiciones se vienen acabando en las familias, pareciera que los niños y la juventud no tienen historia. Para ellos formar una familia deben tener una historia de los antepasados y si los padres no se esmeran en seguir esas tradiciones familiares øcon qué herramientas trabajarán sus hijos?", resalta Micaela.

Es cierto que con esto se puede lograr una sensibilización especial. Armar un pesebre da trabajo, pero montar un arbolito y hacer hallacas también.

Lo importante del pesebre es la significación de que somos hogares cristianos, con una formación espiritual grande que viene de las abuelas y eso no debe acabarse.

En el pesebre de Micaela, participa toda la familia, sus cuatro hijos y su esposo, pero además apartan un día especial para realizar una merienda navideña y recibir al sacerdote para bendecir e inaugurar el pesebre.

Esta idea se ha contagiado a otras familias que han conocido el pesebre de los Gómez Fontana. Incluso algunos aportan una nueva figura o un nuevo espacio para el próximo pesebre.

"En realidad, el pesebre viene siendo algo muy personal. Cada quien puede otorgarle un toque de fantasía único y el amor que se le ponga al hacerlo lo hará particularmente especial, sobre todo por honrar a Dios y a la Virgen".

Para Micaela, el pesebre se parece a nosotros, a nuestra vida cotidiana, donde todos están trabajando en la tierra, en la tienda, compartiendo entre todos, así somos los latinos, los venezolanos.

Una particularidad de este nacimiento es mostrar la historia de la Virgen María en sus estaciones, comenzando con la Anunciación, la Visita a Santa Isabel, Buscando posada, El Nacimiento del Niño con la visita de los Reyes Magos y la Estrella de Belén, y finalmente la Huida a Egipto.

UNA ORACION DIRECTA

Otro tipo de nacimiento, que guarda la esencia del culto de la venida del Niño Jesús al mundo, son los pesebres escenográficos del artista plástico Freddy Ortega, quien los realiza de forma ininterrumpida desde hace más de cuarenta años.

Sus cualidades artísticas comenzaron a hacerse firmes desde sus 10 años de edad, cuando realizó el primer nacimiento en su casa.

Luego de iniciar sus estudios en arte, este trabajo fue tomando otra forma al agregarle sus nuevos conocimientos sobre el color, composición. Hasta pasar de aquel nacimiento sencillo a una pequeña maqueta totalmente diferente.

En aquel momento, el artista se valió de eso como una perfecta excusa para hacer una serie de cosas que no podía hacer en la tela de un cuadro.

Encontrar el sitio indicado para llevar a cabo su proyecto le llevó su tiempo.

Ingeniosamente, cual inspiración sublime, tomó una de las ventanas de su amplio apartamento para mostrarse perfectamente ante la vista de sus visitantes, quienes no se percatan de la ausencia del arbolito debido a la majestuosidad con que presenta su creación navideña.

El juego de la iluminación con sentido teatral es su principal característica. Comenzó con una gruta, que es lo más tradicional tomado del nacimiento viviente realizado por San Francisco de Asís, pero luego le fue dando otra imagen, otra idea, creando escenografías con diferentes estilos arquitectónicos, como gótico, barroco, románico, así como capilla bizantina, una casa de alfarero, un establo, casa venezolana, catedrales medioevales, iglesias venezolanas de la colonia, patios andaluces, entre tantos otros.

Ahí empieza la fantasía. Propia del artista mezclando diferentes estilos.

Para Freddy Ortega, este nacimiento significa una oración. Una comunicación directa con Dios.

De ahí en adelante cada año se ha ido tejiendo una idea diferente para presentarlo. Desde ruinas belenistas hasta la casa del alfarero que les dio posada en algún momento. Sus trabajos, desde el punto de vista fotográfico, parecieran mostrar un formato en tamaño natural, debido a sus dimensiones, juego de colores, materiales y luces.

Lo cierto es que desde el mes de octubre, cada año, este artista plástico comienza la creación de esa imagen universal que recuerda la sencillez, el sacrificio y el amor de una sagrada familia que se mantuvo unida a pesar de las dificultades de la época y que hoy pareciera desintegrarse ante la mirada globalizada de una generación que se mantiene indiferente hacia nuestras raíces católicas.

1, 2, 3 y 4: Imágenes del pesebre de Micaela Fontana.

5, 6, 7, 8 y 9: Nacimientos escenográficos de Freddy Ortega

Revista del Domingo
Maidel Vera
E-mail: maiver@notitarde.com
Fotos: Mauricio Rivero y Luis Herrera V.
ppmt2008.-

hospmolinasierra.espacioblog.com/.../el-pesebre-tradicion-conservar


Puerto Cabello

Fortín
Fortín de San Felipe

En la costa central de Venezuela se encuentra Puerto Cabello. Ciudad que posee uno de los dos puertos de mayor importancia económica e histórica del país. El puerto se estableció a mediados del siglo XVI, debido a su ubicación estratégica que permitía cómodamente la llegada a tierra de flotas enteras de la armada española. Alrededor de éste, fue creciendo la población que hoy en día conocemos como la ciudad.

Calle Los Lanceros
Calle Los Lanceros

El Puerto se convirtió durante la colonización en un punto importante para el comercio, ya que era considerado como uno de los mejores puertos del nuevo mundo: desde aquí salía el cacao, el café, el algodón y el índigo a las islas holandesas.

Fachada de una casa en Puerto Cabello
Casa en Puerto Cabello

Las calles de la zona colonial conservan la belleza arquitectónica de la época, con sus hermosas casas y sus calles empedradas, las cuales hacen evocar un pasado histórico notable.

Boulevard
Boulevard de Puerto Cabello

Casas en Puerto Cabello
Balcón de las casas en Puerto Cabello

Contemplando al mar
Pareja romántica mirando al mar

En el malecón, se puede observar el mar, además del imponente Fortín de San Felipe, también conocido como el Castillo del Libertador, el cual sirvió como refugio de la ciudad en el período colonial, ya que los piratas la acechaban constantemente.

Vista del Castillo
Vista del Castillo San Felipe

Más fotos del Fortín San Felipe

El Fortín Solano
El Fortín Solano

En la entrada de la ciudad está ubicado el Fortín Solano, edificación construida por en 1732 por la Compañía Guipuzcoana. Desde aquí se divisa toda la ciudad y en especial su puerto.

Alrededor de la plaza Bolívar están ubicados el Concejo Municipal y la Hermosa Iglesia de San José, construida con piedra coralífera.

Catedral
Catedral (Iglesia San José)

Catedral
Catedral (Iglesia San José)

Alcaldía
Alcaldía de Puerto Cabello

Hotel/Posada

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Región Central | Colonia Tovar | Choroní

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Baile de La Hamaca:

Etiqueta de los carnavales en Puerto Cabello

Por: Jesús Rafael Argüello

FECHA:
Cada Martes de Carnaval
DURACION:
Un día
LUGAR:
Puerto Cabello
MUNICIPIO:
Puerto Cabello
DESCRIPCION:
Cada martes de Carnaval cientos de personas coloridamente ataviadas, danzan y cantan por las calles de Puerto Cabello formando el cortejo fúnebre de un negro muerto envuelto en una sábana blanca y floreada que pende de una vara sostenida por dolientes.
Durante el recorrido, las mujeres lloran al muerto y esto despierta el celo de los hombres armados con varas más pequeñas con las que escenifican combates en pleno recorrido al entierro.

Todos los martes de Carnaval, en las calles de Puerto Cabello, es tradición centenaria escuchar miles de gritos al unísono diciendo Ya se murió... hay que enterrarla!, refiriéndose a la muerte de un negro amortajado en una hamaca en donde es llevado hasta su última morada al son de los tambores y en medio del llanto de las mujeres que lamentan su pérdida.

Se trata del velorio, baile y entierro de La Hamaca, una costumbre muy particular, un legado heredado de generación en generación, lleno de danzas y mucho colorido que ya tiene 136 años de historia rebasando, no sólo las fronteras de Puerto Cabello y del estado Carabobo, sino también las del país.

Germán Villanueva, cultor más representativo de este ritual en Puerto Cabello, recordó que el entierro de La Hamaca se remonta a los inicios del siglo XIX en el que había una inmigración proveniente de Curazao que se radicó en uno de los barrios más antiguos de Puerto Cabello y dio inicio a una festividad carnestolenda consistente en el simulacro de un velorio que se realiza el día lunes de Carnaval por la noche, donde se reza, se toma café, licor y se echan chistes. Luego, al llegar la medianoche, empieza la parranda, se tocan los tambores y las mujeres lloran.

CENTENARIA TRADICION PASO A PASO

Este baile tradicional consiste en la dramatización del arrebato de celos que sufre un negro en un entierro, cuando descubre la infidelidad de su mujer precisamente con el muerto. Esta danza se asienta en el barrio San Millán de Puerto Cabello, específicamente en la casa de Viviano Pitre, descendiente curazoleño ya fallecido, donde reposa La Hamaca durante todo el año.

El chinchorro consiste en un envoltorio de retazos y monte silvestre recubierto con una sábana blanca y adornado con muchas flores naturales que pende de una vara de tres a cuatro metros de largo, cuyos extremos descansan sobre los espaldares de dos sillas que están ubicadas en medio de la calle Regeneración de Puerto Cabello.

El velorio termina a las cinco de la mañana y La Hamaca es guardada en la misma casa. El día martes todos los que celebran la tradición están concentrados en el sitio del velorio y, justo antes del mediodía, llega corriendo a la multitud una persona gritando: Ya se murió! Ya se murió! Entonces la gente toca sus tambores, soplan sus cachos y gritando todos en coro responden: Hay que enterrarla! Hay que enterrarla!, y se dirigen hacia la casa donde está el supuesto muerto. Es allí cuando comienza el "cortejo fúnebre".

Dos personas llevan en hombros La Hamaca, danzando por todas las calles de la ciudad. Un grupo de hombres va ataviado con camisas estampadas, turbantes y rostros pintados de negro. Llevan en sus manos una vara o palo de metro y medio aproximadamente.

En varios lugares determinados del recorrido uno de ellos golpea La Hamaca gritando: Vita Hombrus! Macho yo!, tirándola al suelo; enseguida las mujeres, muy bien adornadas con sus vestidos floreados y algunas con sombreros, se arrodillan encima de La Hamaca llorando.

Esto produce celos entre los hombres y sucede una pelea a vara o a palo, que luego es interrumpida por el cambio del ritmo del tambor cuando las mujeres los incitan a bailar. Esta dramatización se repite una y otra vez durante el paseo por todas las calles de la ciudad. Muchos de ellos rasgan sus vestimentas y se pintan el cuerpo de colores, en especial negro, para intimidar a sus contrincantes y para evitar ser reconocidos antes, durante y después de la batalla.

El recorrido incluye buena parte del casco central como lo es la calle Juncal para pasar por la Sucre, seguir hasta plaza La Concordia, tomar la ruta hacia El Malecón, y llegar hasta las adyacencias de la plaza Bolívar, donde inician el recorrido por la avenida del mismo nombre hasta llegar a la urbanización Rancho Grande.

Tras recorrer esta última, entran hacia Rancho Chico, toman la vía hacia la Juan José Flores, pasan por la Alí Lebrún, regresan por la Bolívar, cruzan por la Cruz Roja, llegan hasta la primera calle de Segrestáa y de allí vuelven a su lugar de partida donde se produce el entierro de La Hamaca al ser cubierta con aserrín, evidenciando así el final de la celebración. Ese mismo día la devuelven al techo de la casa hasta el año siguiente.

Mucho se habla de este ritual, hay quienes lo consideran un acto religioso, así como también hay quienes creen se trata de un acto pagano, lo cierto es que, visto desde cualquier percepción, La Hamaca y sus orígenes se pierden en el tiempo ya que comienzan a proyectarse dentro y fuera del país con celebraciones similares en Güigüe, Mariara, Bello Monte, Los Teques, Barahona en República Dominicana y en Santiago de Cuba, gracias a un trabajo de promoción y divulgación realizado en los 10 últimos años.

"PATRIMONIO DANZARIO" DE CARABOBO

La trayectoria y expansión de fronteras que, a lo largo de 136 años lleva el Baile de La Hamaca, fue suficiente para que el año pasado el Gobierno de Carabobo considerara decretar esta centenaria tradición como "Patrimonio Danzario del estado", según decreto del actual mandatario regional Luis Felipe Acosta Carlez.

Este decreto internacionalizó aún más La Hamaca, ya que para el acto oficial de exaltación llegaron a Puerto Cabello invitados especiales como lo fueron representantes de la Federación Internacional de Tradiciones Afroamericanas (Fita) y otros grupos internacionales provenientes de Bonaire, Curazao, Aruba y Trinidad, mientras que por Venezuela asistió la agrupación Vasallos del Sol.




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